Cuando escucho esta expresión me pregunto: ¿De quién será la culpa, del loco o de quien le da el garrote?

La profesión de Corredor de Seguros es como muchas otras, una profesión especializada y que requiere en la gran mayoría de los países, de certificaciones y licencias otorgadas por las autoridades regulatorias locales, llámense superintendencias y/o ministerios en sus respectivos países. Por ejemplo, en los Estados Unidos cada estado tiene sus regulaciones y de hecho las licencias se dividen por especialidad de seguro. Hay una licencia para asesorar en la venta de seguros de vida y salud, otra licencia para seguros de propiedades y de responsabilidad y otra licencia para líneas personales como seguros de automóviles y hogar, entre otros. Cada certificación demanda unos requisitos además de unas competencias y experiencia distintas, adicionalmente los exámenes de certificación comportan un costo asociado.

En Venezuela para obtener la Credencial de Corredor de Seguros hay tres formas I) haber aprobado cursos de capacitación profesional en materia de seguros, de, por lo menos, tres (03) años de duración en Institutos reconocidos por la Superintendencia; II) haber desempeñado, por lo menos, durante tres (03) años ininterrumpidos funciones ejecutivas relacionadas directamente con la actividad aseguradora, en una empresa de seguros o en una sociedad de corretaje de seguros; III) haberse desempeñado como agentes durante tres (03) años consecutivos anteriores a la fecha de la solicitud y haber aprobado el examen de competencia profesional para obtener la autorización ante la Superintendencia de la Actividad Aseguradora SUDEASEG.

No tenía nada que hacer y me puse a vender seguros… es una expresión que he escuchado con cierta frecuencia y más recientemente de personas arrepentidas de haber comprado un seguro a un amigo, a un primo e incluso a un hermano que se los vendió porque se estaba rebuscando. Resulta que ahora el primo se fue del país o no le supo explicar bien aquello del deducible, las preexistencias, los plazos de espera y está metido en tremendo berenjenal y tiene que pagar un realero en gastos médicos.

No tenía nada que hacer y me puse a vender seguros… esta expresión la verdad es que hoy en día me hace sonreír, si, es que tiene que ver con nuestra venezolanidad, porque somos muy solidarios, muy buenos y queremos ayudar a todos (amigo, primo y ni hablar de un hermano) y por eso nos pasan estas cosas… pero claro, la consecuencia es dura, porque comprar un seguro es cosa seria.

La corresponsabilidad que tiene un Corredor de Seguros es muy grande cuando le dice a un padre de familia o dueño de una empresa: “este es el seguro y la compañía que te convienen ya que, en caso de una eventualidad, tu patrimonio va a estar protegido” Son palabras gruesas que solo un profesional con las competencias necesarias debería poder decir.

La próxima vez que esté a punto de comprar un seguro, honre la profesión de Corredor de Seguros y ayúdese usted mismo haciendo una buena inversión.

Cuando tenga un dolor de muela no acuda a su mecánico de confianza.

Zapatero a su zapato como dicen…

 

Enzo D’Angelo®
Asesor de Seguros
+58 414 0161299
enzodangelo.com